Parece una pregunta alarmante, pero es una realidad que muchos ignoramos. Detrás de cada like, cada correo electrónico y cada video en streaming hay un consumo energético invisible que impacta directamente en el planeta. La tecnología, aunque nos conecta y facilita la vida, también es responsable de una parte significativa de las emisiones globales de carbono y de la generación de residuos electrónicos tóxicos.
La sostenibilidad en el sector tecnológico no es solo una tendencia, sino una necesidad urgente. Según un informe de la International Energy Agency (IEA), los centros de datos y las redes de comunicación consumen aproximadamente 200-250 teravatios-hora (TWh) de electricidad al año, lo que equivale al 1% de la demanda global de energía. Además, la Global E-Waste Monitor 2020 reveló que en 2019 se generaron 53.6 millones de toneladas de residuos electrónicos, y solo el 17.4% se recicló adecuadamente.
Estas cifras nos muestran que, si no actuamos ahora, el impacto ambiental de la tecnología será insostenible. Afortunadamente, varios países están tomando medidas innovadoras para reducir este impacto. Veamos cómo lo están haciendo.
 
															La Unión Europea (UE) es pionera en la implementación de políticas de sostenibilidad en TI. Su Pacto Verde Europeo tiene como objetivo convertir a Europa en el primer continente climáticamente neutro para 2050. En el sector tecnológico, esto se traduce en:
 
															 
															Estados Unidos ha adoptado un enfoque basado en la innovación y la colaboración entre el gobierno y el sector privado. Algunas iniciativas destacadas incluyen:
Busca reducir el consumo energético de los centros de datos gubernamentales en un 30% para 2025.
Una alianza entre empresas como Microsoft, GitHub y ThoughtWorks para desarrollar software que consuma menos energía.
Google ha logrado operar con energía 100% renovable desde 2017, y Apple ha comprometido a toda su cadena de suministro a ser neutra en carbono para 2030.
China, como el mayor productor de dispositivos electrónicos del mundo, está implementando medidas para reducir su huella ambiental:
 
															 
															Suecia es un referente en sostenibilidad, y su sector tecnológico no es la excepción:
 
															La sostenibilidad en el sector tecnológico no es solo responsabilidad de los gobiernos y las grandes empresas; también depende de cada uno de nosotros. Desde elegir dispositivos con mayor vida útil hasta reciclar correctamente nuestros aparatos electrónicos, todas las acciones cuentan.
Los países mencionados están demostrando que es posible combinar innovación tecnológica con responsabilidad ambiental. Sin embargo, el camino hacia un futuro verdaderamente sostenible requiere esfuerzos globales y colaboración entre todos los actores del ecosistema tecnológico.