Cómo la conectividad en red y el metaverso marcarán el futuro
Por: Amado Vázquez – Director de Servicio Técnico
En el mundo de la tecnología, cada avance representa un paso hacia adelante en la evolución de la sociedad. En este sentido, la llegada del metaverso, un concepto que combina la realidad virtual con una experiencia hiperrealista, promete revolucionar la forma en que interactuamos con la tecnología y, en última instancia, cómo vivimos nuestras vidas en el mundo digital. Aunque el término fue acuñado hace años en un libro de ciencia ficción, ha tomado fuerza recientemente con el anuncio de grandes empresas tecnológicas que se están enfocando en construirlo.
La conectividad en red es la columna vertebral de este futuro del metaverso. La convergencia de tecnologías como AR (realidad aumentada), VR (realidad virtual), blockchain, IoT (internet de las cosas), IA (inteligencia artificial) y muchas otras, requerirá una conectividad que pueda soportar un aumento masivo en el tráfico de datos y proporcionar latencias ultra bajas para garantizar una experiencia ininterrumpida y realista. Para que esta visión sea una realidad, se requerirán avances significativos en las redes de comunicación actuales.
Por ejemplo, un fabricante global de equipos de energía predice que para 2030 se espera que haya más de 200 mil millones de conexiones globales, y los datos que circulan por estas redes serán exponencialmente mayores que en la actualidad. El uso de datos mensual en redes inalámbricas aumentará 40 veces para superar los 600 GB por persona, mientras que las redes de fibra óptica disfrutarán de velocidades de al menos 1 Gigabit, lo que representa un aumento de 50 veces con respecto a 2022. Todo esto será necesario para respaldar a más de mil millones de usuarios de XR (realidad extendida) y una amplia variedad de aplicaciones hiperrealistas.
Para poder ofrecer la experiencia hiperrealista que el metaverso promete, las redes deberán evolucionar significativamente.
Serán necesarias redes interactivas que puedan admitir interacciones humano-máquina con experiencias hiperrealistas tanto en el mundo físico como en el virtual. Esto implicará la recopilación de datos de múltiples modalidades, como lenguaje, tacto, percepción de luz e interfaces cerebro-computadora en el mundo físico, y la simulación de interacciones multimodales en el mundo virtual, como visión 3D, tacto, audición e incluso olor y sabor.
Las redes también deberán integrar comunicación y sensación para crear un mundo paralelo y reaccionar a la realidad mediante la aplicación de tecnologías de virtualización. La precisión de la detección inalámbrica mejorará desde niveles de sub metro a centímetros y milímetros, lo que permitirá la detección y posicionamiento convergente de múltiples fuentes de alta sensibilidad.
Para lograr todo esto, las redes evolucionarán en redes de cómputo que soportarán aplicaciones como visión de máquina y tecnología holográfica, y la mayoría del tráfico de datos será en sentido ascendente. Se procesarán más servicios en el borde en lugar de en la nube, lo que requerirá una latencia de 10 ms y una frecuencia de fotogramas de 120 fps. Esto implicará la integración de capacidades de cómputo eficientes, grandes cantidades de datos e inteligencia ubicua para formar redes de cómputo convergentes.
Además, las redes tendrán que ofrecer una experiencia determinista para abordar los servicios inciertos del futuro en el mundo virtual. Esto implicará el uso de extremo a extremo slicing para proporcionar redes y servicios privados lógicos para industrias verticales y garantías de latencia diferenciadas para servicios de red intraurbana, interurbana y troncal. Las redes privadas también ofrecerán una confiabilidad del 99.999%, cumpliendo con los requisitos de sistemas de control de producción industrial y permitiendo que las empresas migren todos sus activos a la nube.
En última instancia, las redes que conecten a decenas de miles de millones de personas y cientos de miles de millones de cosas en el metaverso tendrán seis características distintivas: ser redes de banda ancha cúbica, ofrecer una experiencia determinista, ser nativas de IA, tener una comunicación y detección armonizadas (HCS), ser seguras y confiables, y ser verdes y de bajo carbono.
El metaverso está destinado a cambiar radicalmente nuestra forma de interactuar con la tecnología y con los demás. Será un mundo donde lo virtual se mezcla con lo real, y donde las posibilidades serán infinitas. Pero para que esto se haga realidad, necesitamos una conectividad en red sólida y eficiente que respalde esta próxima revolución tecnológica. El futuro del metaverso está en nuestras manos, y la conectividad en red será la clave para su éxito. Estamos a punto de embarcarnos en un emocionante viaje hacia un futuro lleno de posibilidades infinitas.
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